Industrias San Miguel: 20 años de compromiso real con la frontera y la República Dominicana

Comparte:

Por Melvinson Almánzar

En un país que constantemente enfrenta el reto del desarrollo regional equilibrado, el aporte de empresas como Industrias San Miguel (ISM) representa mucho más que una historia de éxito empresarial: es un ejemplo de compromiso social, visión de largo plazo y fe en el potencial de la frontera dominicana.

Este 2025, ISM celebra 20 años de operaciones en República Dominicana, y lo hace no solo como una empresa consolidada, sino como un actor clave del dinamismo económico en zonas tradicionalmente olvidadas, como la región fronteriza de Santiago Rodríguez, donde se ubica su planta principal.

La llegada de ISM al país en 2005 no fue una casualidad. Fue una apuesta valiente por invertir en el interior, generar empleos dignos y dinamizar economías locales. En lugar de establecerse en las zonas más desarrolladas, ISM apostó por llevar progreso donde más se necesitaba. Hoy, ese riesgo inicial se traduce en más de mil empleos directos e indirectos, miles de familias impactadas, y un sentido de pertenencia que trasciende lo comercial.

Con marcas que se han ganado el corazón de los dominicanos —como Kola Real, Frutop, Cool Heaven, Generade y EnerUp— ISM ha logrado algo que pocas multinacionales alcanzan: volverse parte de la identidad cotidiana del país. No hay colmado, celebración barrial o merienda escolar donde sus productos no estén presentes.

Sin embargo, el verdadero aporte de ISM va más allá de sus bebidas. Su impacto se refleja en el desarrollo profesional de sus colaboradores —solo en este 2025, el 24% ha sido promovido internamente—, en el respaldo a proyectos comunitarios, artísticos y ambientales, y en una cultura corporativa basada en valores humanos más que en hojas de cálculo.

La campaña “20 años llevando color”, que enmarca su aniversario, no es un simple lema publicitario. Es el reflejo de dos décadas llenas de color humano, de presencia real en los barrios, de apoyo a causas sociales, y de una voluntad inquebrantable de crecer junto al país.

La presencia de figuras como la vicepresidenta Raquel Peña y el expresidente Hipólito Mejía en su misa conmemorativa no es fortuita. Es el reconocimiento tácito de que ISM no solo ha invertido capital, sino también confianza, energía y fe en la República Dominicana.

Hoy, cuando muchos hablan de descentralizar el desarrollo, ISM ya lo ha hecho por 20 años. Ha demostrado que la frontera no es una periferia olvidada, sino un eje con potencial. Ha probado que se puede hacer empresa con responsabilidad, y que el crecimiento puede ir de la mano con la equidad.

Por eso, al mirar estos 20 años de ISM, no solo celebramos sus logros. Celebramos su visión, su compromiso con la frontera, y su papel como modelo de lo que debería ser la inversión extranjera en el país: cercana, humana y transformadora.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *